Imperdiblemente

Sus ojos cierran relámpagos.
Del ímpetu del fuego
a la quemazón del hielo
hay una insignificante línea fortuita
donde uno aprende a convencerse.
Del sueño finito, las raíces
juegan con su pecho de hojalata
que parece destruirse…
Ave Fénix de ida y vuelta,
imperdiblemente exacto;
fiel como el propio latido.

María Otal
12-03-07